Galletas de jengibre y canela
Estas galletas están hechas a base de pan de jengibre, típico de la cocina navideña del norte de Europa. Este pan, especiado con jengibre y endulzado con melaza, fue traído a Europa por un monje armenio en 992. La primera referencia documentada de la elaboración de estas galletas con forma de hombrecillo se da en la corte de Isabel I de Inglaterra, donde la reina regalaba a sus invitados galletas parecidas a ella. El “gingerbread man” encontró su propia historia en un cuento popular de finales del siglo XIX, el relato trata sobre un hombrecillo de galleta escapa del horno iniciando un largo camino lleno de obstáculos para acabar siendo devorado por un zorro. En España conocemos a una versión del personaje (evolucionado) con el nombre de “Jengi” gracias a la película de animación Shrek.
Ingredientes
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125 g. mantequilla sin sal a temperatura ambiente
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50 g. azúcar blanco
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65 g. azúcar moreno
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175 g. miel gallega
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1 huevo pequeño
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390 g. harina de trigo
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Los aromatizantes
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½ cdts bicarbonato
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½ cdts jengibre en polvo
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½ cdts canela en polvo
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½ cdts cardamomo en polvo
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1/4 cdts clavo en polvo
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1/4 cdts sal
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Para decorar
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230 g. azúcar glass
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40 g. claras de huevo
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6 gotas vinagre blanco de vino
Pasos de la receta
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1
Batimos la mantequilla en un bol hasta que se haga una crema. Es fundamental que la mantequilla esté a temperatura ambiente, con textura de pomada, para poder trabajarla.
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2
Añadimos el azúcar a la mantequilla y batimos de nuevo la mezcla hasta que se vuelva blanquecina.
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3
Echamos la miel poco a poco, removiendo constantemente hasta integrar los ingredientes. Añadimos el huevo a la mezcla y removemos bien.
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4
El un bol aparte tamizamos la harina y el bicarbonato y añadimos el clavo, el jengibre, la canela, el cardamomo y la sal. Mezclamos con unas varillas y echamos la mezcla de harina al bol con el resto de ingredientes. Removemos hasta integrar totalmente, nos quedará una bola un poco pegajosa debido a la miel.
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5
Dividimos la masa en varias partes partes y las envolvemos en papel film. Metemos en la nevera durante 2 horas hasta que veamos que está durita. Una vez que la masa esté fría, estiramos las porciones entre 2 papeles de hornear con un rodillo.
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6
Con el cortapastas de hombrecito cortamos la masa y guardamos las galletas en el frigo para que vuelvan a endurecer. Es importante para que las galletas no crezcan, o lo hagan lo menos posible, durante el horneado. Los restos de masa que nos queden de después de cortar las galletas los dejaremos enfriar de nuevo en la nevera antes de volver a utilizarlos.
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7
Con el horno precalentado a 180º C, horneamos las galletas en la bandeja del medio con calor arriba y abajo durante unos 10 minutos, o hasta que estén doraditas.
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8
Al sacar las galletas del horno las dejaremos reposar en la propia bandeja de horneado unos minutos antes de pasarlas a una rejilla. Recién salidas del horno las galletas están muy blanditas y es fácil que se rompan en el traslado a la rejilla, si tenéis cuidado y con la ayuda de una espátula podríais pasarlas inmediatamente.
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